Aquí se leen (o se solían leer) los ejercicios de escritura automática de un tipo al que le encanta levantarse tarde... pero no puede.

Integro un melocotón hirviendo a mi rango de acción...

...Separo la piel ardiente y la pongo sobre un libro abierto. Cierro ese y todo los demás que andan regados por ahí y ordeno con un golpe que sepan conservar la calma. Deterioro algunos trozos de periódico que pastan aquí cerca, y renuncio a degustar los titulares de hace varios días. Las plantas que asoman entre las grietas del suelo piden algo que no entiendo, pero asiento y les entrego un objeto raro que las deja satisfechas. Dirijo mi mirada hacia un sombrero que alguien olvidó, y se posa sobre mí como esperando. Pasa un ave distraída que me pide algún consejo. Le digo sé discreta y no sé si alcanza a oír. Pasa un aeroplano con aires de perdido y se acurruca entre las hojas secas. Un insecto de antenas encogidas y papeles en los ojos intenta darle alientos pero es inútil porque se deshace sin hacer ruido. Lanzo un silbido sin estrépito y nada vuelve a la normalidad. Pienso en cualquier letra por dejar que pase el viento y el resultado sigue siendo igual. Le doy la bienvenida a las jirafas de madera que llevan hilitos de nylon atados a los dedos para poder seguir el ritmo, y un pastel de frutas secas se ofrece a acompañarnos. No sé cómo asumir todo esto. Y entrego mis pistolas para no tener que responder de cualquier forma. (Tiempo de escritura: 7’ 56”. Edición: 2’ 26”)

3 entusiastas que decidieron alimentar la máquina:

Johan Bush Walls dijo...

Hoy, por la mañana, me he dado cuenta que he dejado de leer los titulares del periódico, antes lo hacía, pero ahora siempre dicen lo mismo, sucede que la política y la nota roja se han vuelto monónotos, los políticos siempre robando, y los asesinos siempre matando gente, sin pensar en los estafadores, los extorsionistas, los mareros, los sicarios, todos haciendo lo mismo, todos los días. Por eso doy también la bienvenida a las jirafas de madera, y a todos los muñecos, sean de peluche o de plástico, o de hule, uno nunca sabe para que pueden servir, más cuando el frío está por irse y el sol de la época seca llegará para castigarnos, aunque vienen también las procesiones, esas en las que la gente carga un santo, y piensan que con ello expiarán sus pecados; ahí también podrán ser vistos los políticos y los sicarios, los asesinos y los estafadores, todos piensan que pueden obtener la absolución. Me gusta este espacio, porque puedo escribir mis pajas de forma automática.

Salú pue.

Chucho dijo...

Vaya cantidad de imágenes en una sola foto, Juan Miguel. Una prosa tan lírica? o un poema en prosa? Me avergüenza la presunta oralidad de mis textos cuando se acurrucan aviones en los tuyos.

Qué bueno es leerte, a falta de encuentros más seguidos en las escalas del Metro.

PADRE RESPONSABLE dijo...

Pues qué bien que algo de antídoto contra la indigestión informativa tenga todo esto. Y ya sabés Johan que si de noticias se trata ahí está la Agencia Pinocho para desitoxicarse un poco.

Y Chucho, cuáles vergüenzas de nada porque no haya aviones en tus hojas, que nadie quisiera una blogósfera de sólo mil imágenes por foto, como decís. Que abunden los estilos. Gracias por las letras, y ahí nos pillamos.