Aquí se leen (o se solían leer) los ejercicios de escritura automática de un tipo al que le encanta levantarse tarde... pero no puede.

Puso un dedo sobre una superficie lisa seguro de que algo en sus partículas menores habría de notar su presencia sanadora

Legó lo que quedaba de su minúscula fortuna a los regeneradores de materiales desechados. Hizo caso omiso del último consejo de su madre aquel día en el que los pantaloncitos cortos ya no le ocultaban con buen tino el vello de las piernas retorcidas. Hizo una nueva pausa sin dejar de orar pestes marchitas en la punta de la lengua. Y contando de quince en treinta sumó cuatromil doscientos cincuenta y dos gallinazos en el cielo. Nada alrededor le entregaba las respuestas envueltas en pequeños papelitos de celofán importado de la China. Y ni haciendo un esfuerzo extra con sus dos pupilas enteras y henchidas de dolor lograba separar las ondas radiodifundidas del resto del aire. Era un momento extraño, sus dedos en la mesa, sus sumas en las nubes, sus pesos repartidos entre hombres y basura y el resto de su cuerpo dividido entre el drama de no hallar señales radiosónicas dirigidas desde algún rincón del mundo especialmente para él, y la desazón irremediable de saber que lo que a esas horas lo tenía en semejante posición no era más que un capricho súbito y recalcitrantemente intrascendente que a lo sumo para él y dos o tres hembras futuras tendría cierto grado de interés. (Escritura: 4' 49”. Edición: 2’ 30”)

3 entusiastas que decidieron alimentar la máquina:

David E. Guzmán dijo...

...toca alimentar esta enigmática máquina que sólo pide palabra retorcidas porque se mojaron acaloradas a causa de un sol portador de rayos tejidos por dioses blancos y negros, son los dioses que atormentaban a raul gomez, maldito sea el bus que lo atropelló y él feliz en cartagena, no puede ser con la que salí... apaguemos máquina, no, no la apago, quiero esperar los papelitos chinos, esos me gustaron para sonarme la nariz o para empacar empanadas grasientas, ¿¿¿a qué horas llega ese barco de la china??? lleva seis lustros cruzando el océano, la tripulación se está comiendo los papelillos, no puede ser, dejemos hundir el barco, la máquina se moja pero las palabras quedan sequitas...

Jan dijo...

Y deja el interés de las hembras, me he percatado que sólo una pizca de chayote podemos agregar al guisado cuando las intermitencias del corazón se volcaron sobre la alfombra hasta dejarla, definitivamente inservible. Pero la esperanza cabe entre la suela y la platilla, así que si el barco está apunto de caer procuraré traer bien puestos los tenis.

PADRE RESPONSABLE dijo...

Rule, te dejó un mensaje el buen Raúl, lo encontarron en su coxis o hueso alegre en el último de los análisis forenses y decía textualemnte "no te empaches muchacho de tanto brevaje mal cocido, cómete las nalgas de la vida con los dientes afilados en la proa de los barcos más antiguos. Déjate de pendejadas animal de monte y deja que tu panza se hinche bajo las palmeras de la buena vida, intrigando con malicia tierna y santas componendas".

Dale oooo...

Media V.

Pudimos comprobar que el caucho y las capas de fina lona de platilla con las que están hechos tus tenis consiguieron llevarte en hombros hasta la otra orilla cerca del fondo del Atlántico. Queremos chayote para la cena, sobre un lomo de alfombra estropeada.