Aquí se leen (o se solían leer) los ejercicios de escritura automática de un tipo al que le encanta levantarse tarde... pero no puede.

Relajó los músculos y se dejó llevar por las olas

Un pequeño rebaño de algas le acarició el cuello. Una sinfonía de burbujas le trinó en los oídos. Un pez diminuto le pasó entre los dedos de los pies. Sus nubes seguían arriba, tomando formas siempre nuevas. Evitaba buscarles relaciones obvias con árboles, palomas o personas. Y prefería pensar en cosas como “allí va la masa que usará el panadero loco para preparar el pan de mierda de paloma que cree una receta genial”, o “aquello son los restos del cargamento de leones muertos que traían mis hermana de su primer safari en África”… Esos pensamientos los guardaba para sí. Alguna vez le contó a su novia de turno las cosas que pensaba cuando observaba nubes, y el resultado no fue para nada alentador. Aunque ella puso cara de alegría, fue fingida y se dio cuenta de que no entendía y de que le generaban pánico los pensamientos inconexos y absolutamente aleatorios para divertirse hilando estupideces. Algo cosquilleó entre sus axilas, se giró bocabajo y continuó nadando. No supo hacia dónde estaba la playa. Pero se despreocupó, clavó los ojos en el agua salada, y decidió imitar durante algún rato el nado de un perro. La risa le hizo tragar agua. Pero eso tampoco le importaba. Sabía ya de las propiedades terapéuticas del agua de mar, del bienestar que le podía producir a su sistema digestivo, y de la enorme cantidad de minerales que podía absorber su hígado con medio litro diario. Que la arena y otras impurezas del mar le ocasionaran un improbable ataque de cálculos renales, era otra cosa que también lo tenía sin cuidado. De pronto, un pensamiento cómico se instaló en el centro de su frente, alzó la vista, y enfiló a brazadas largas hacia la orilla para continuar escribiendo. (Tiempo de escritura: 8’ 01”. Edición: 6’ 29”)

1 entusiastas que decidieron alimentar la máquina:

David E. Guzmán dijo...

este estorno salió premiao con un coloide verdoso, muy bacano, me gustó y lo peor: me dieron ganas de mar y yo bien lejos... y vos seguiste haciendo las sopas con agua, marina?