Aquí se leen (o se solían leer) los ejercicios de escritura automática de un tipo al que le encanta levantarse tarde... pero no puede.

Sobre el tapete rojo de pequeñas cabezas resplandecientes...

...que alguien olvidó en el fondo del desván, se dio de pronto una creciente discusión. Las miles de testas diminutas se negaban a ver pasar sus horas entre polvo y cucarachas, y tras la tos de alguna alguien preguntó por la mejor manera de hacerle el quite al tedio. Una cabeza como todas con forma de alfiler algo ovalado respondió que la tierra era un giro continuado y que lo mejor era bailar al son de su desplazamiento. Ofendida por la candidez de la propuesta otra cabeza casi exacta replicó que la tierra no era nada más que un triste balón de masa amorfa relleno con el fuego que al cabo nos pasaría a todos por sus brasas, y que ante semejante perspectiva lo indicado era comer a manos llenas mientras llegaba la hora miserable. Las risas de unas cuantas cabecitas acostumbradas a ahuyentar las malas leches formaron una nube de ruditos que alteró el fondo de la escena. Casi unidas la una a la otra cantaron como en coro que la tierra era un ensayo en el que no había resultados preferibles, que todo era posible y digerible y que los fuertes eran los que usaban los lentes indicados para cada color del cielo. Antes de cerrar su intervención se decidieron por el baile, meciéndose en círculo como oleadas de pelamen llevada por ciclones: no queremos nada más que ver llegar las cosas, que ver pasar las risas y huir de los dolores. Nos disgusta que ustedes se desplacen llevados por los sueños que no los dejan ver. Entre polvo y cucaracha sonreímos mientras tanto, que no está lejos el momento de pasar al centro de la sala. La multitud no respondió como esperaban, salvo algunos grupos de minúsculas cabezas por aquí y por allá. Las demás o no quisieron escuchar o habían sucumbido ya al cansancio de intentar un escape del tapete al que estaban más que reclavadas.

6 entusiastas que decidieron alimentar la máquina:

David E. Guzmán dijo...

¿Por qué dejaste de incluir los tiempos de escritura y edición?... era bacano el dato. Está como muy aceitada esa máquina, ¿todavía es automática?.

Padre, amigo, el pueblo está contigo.

Chucho dijo...

Los dedos, Juan Miguel. Las letras que escupen los dedos.
Abrazo! y espero anatemas en http://comandantechucho.blogspot.com/

Humanoide dijo...

desplazarse desde el tapete adonde sea es toda una decisión, un salto al vacío, como quien dice...

saludos, colega.

PADRE RESPONSABLE dijo...

Vuelvo entonces al cronómetro. No sé... pensé que nadie los extrañaría.

Y sí, cosa de locos las licencias que se dan nuetros amiguitos los dedos.

Para acróbatas del espíritu aquello de abandonar el tapete, como decís, lector marciano.

Johan Bush Walls dijo...

Yo venía muy seguido a este lugar, pero no me gustaba que el padre no fuera tan responsable, lanzaba su texto, automático todo, y lo dejaba, aquí pasaban algunos a leerlo y a comentar, pero no se recibía respuesta alguna, veo que eso ha sido subsanado. Vendré de nuevo a comprobarlo, lo que pasa es que soy lector de blogs, y los comentarios los veo como una especie de conversación con el autor. Si el texto me provoca comentar, me gusta encontrar el diálogo, aunque sea una simple respuesta, es para no sentirse ignorado, además pienso que no contestar los comentarios es un aspecie de arrogancia. Ahora estoy escribiendo lo que pienso, en este momento, quizá si me detengo a pensarlo no lo escribiría, pero ya ve. Por otro lado, he regresado siguiendo un link dejado en el blog de camilo, pero antes pasé por uno de noticias al estilo Pinocho, y como eso de decir mentiras se me da, claro que yo les llamo pajas, de esas tengo muchas en mi blog, y lo que son las cosas me doy cuenta que el editor Pinocho es el mismísimo Padre responsable que había dejado de leer.

Salú pue.

PADRE RESPONSABLE dijo...

Lamento mucho la descortesía de otros días, Johan. Pero bueno, los papás tenemos nuestros días, ¿no? Me alegra que hayás vuelto dando un rebote desde la Agencia Pinocho, un jueguete que ha salido fino. Y pues ya que sos de nariz larga, bienvenido cualquier despacho desde el centro de América. Y como decías vos: salú.